Jordi Rivero @jrivero

Gestión de deuda técnica en startups: Equilibrio entre velocidad y calidad

La "deuda técnica" es un término que a menudo se malinterpreta. No es necesariamente mala; es una herramienta financiera. Al igual que la deuda financiera, te permite avanzar más rápido hoy a cambio de pagar intereses en el futuro. El problema surge cuando la deuda se acumula hasta el punto de la bancarrota técnica.

Tipos de deuda técnica

  1. Deuda deliberada: "Sabemos que esto no escala, pero necesitamos lanzar la feature mañana para cerrar un cliente". Esta es aceptable si se tiene un plan de pago.
  2. Deuda accidental: "No sabíamos lo que hacíamos y ahora el código es inmanejable". Esta es peligrosa y denota falta de experiencia o liderazgo.

La regla del 20%

Una estrategia efectiva para gestionar la deuda es dedicar un porcentaje fijo del tiempo de ingeniería (por ejemplo, el 20%) a tareas de mantenimiento, refactorización y mejora de la infraestructura. Esto asegura que siempre se estén pagando los "intereses" antes de que se acumulen demasiado.

Visibilidad

La deuda técnica es invisible para los stakeholders no técnicos. Tu trabajo es hacerla visible. Mide cómo la deuda está ralentizando el desarrollo (velocidad del equipo) o causando bugs (tasa de errores). Usa estos datos para justificar la inversión en limpieza y refactorización.

Conclusión

No busques eliminar la deuda técnica por completo; eso sería ineficiente en una startup que busca product-market fit. Busca gestionarla. Mantén el saldo bajo control y úsala estratégicamente para ganar velocidad cuando más importa.